1. Tengo prisa, tengo prisa
La famosa frase del conejo de Alicia en El País de las Maravillas fue el error más repetido en la primera crisis de las puntocom: se hacían inversiones multimillonarias que tardaban años en recuperarse y los inversores acababan por tirar la toalla. Y cuidado, porque empiezan a repetirse patrones.
Consejo: Este tipo de negocios son, en la mayoría de las ocasiones, economías en red que absorben mucha capitalización antes de empezar a devolver algo de beneficios. Así que hay ser pacientes, ajustar mucho los costes y las previsiones iniciales de ingreso.
2. La maldición de la ‘startup’
“Hay mucho romanticismo. Quieren emular la parte bucólica del gran negocio que se crea en un garaje y luego se vende a los grandes. Y cuando se dan cuenta de que tienen que trabajar 14 horas al día y que los clientes no llegan, desisten”, insiste Jesús Lacoste (Soydigital Network).
Consejo: Identificar las puntocom con un ente diferente a la empresa es un error, porque en realidad sólo varía el canal, pero el modo de funcionamiento tiene que ser igual y no podemos olvidar que ahora cualquier empresa tradicional va a usar las mismas herramientas online.
3. Emprendedor en serie
Un error habitual del emprendedor puntocom es que sacan empresas o ideas de negocio como churros. Hoy crean un negocio de compraventa de pisos, mañana de alquiler de habitaciones y pasado, de decoración. “Son negocios muy puntuales que van replicando a modelos de negocios similares”, señala Barroso.
Consejo: Como nos propone Pedro Pernias, “no debes empezar demasiadas cosas: hay que centrarse en un proyecto y terminarlo porque si no desperdigar energía”. Debes adaptar tu modelo a tu oferta, ya que no todo se vende de la misma manera ni atrae al mismo público.
4. Síndrome de ‘único en el mundo’